Normalmente caundo algo me encanta, no me dura mucho la pasión, démosle una temporada o dos, pero hay algo que he amado desde el primer día en que lo vi, y no me canso.
Con ustedes, LA NIÑA SKIZO:

Recuerdo la primera vez que vi esta foto, estaba sentada en la cama de Palan, leyendo la revista Vice, que habiams sacado de Portobello, y derrepente, ahi apareció, la niña, Mi niña.
Era increible, al principio me asusté, luego volví a la hoja y la miré detalladamente, estudié el por qué de su expresión; ese aura paranoide que le rodeaba, ese mundo interno que se adivina en sus pupilas dilatadas, esas ojeras de noches pesadillescas soñando con el infierno, ese corte de pelo, de pelea a muerte con su madre y las tijeras, ese gesto de psicópata..., y por último, la AMÉ, mucho mucho.
Corté la hoja, la lleve a mi habitación, la puse en el corcho de la puerta y hablé con la Niña Skizo desde el primer día hasta el último. La metí en mi maleta, y cuando llegué a Madrid, instalé a la niña antes que a los zapatos.
Es sencillamente genial.
La foto, es una serie de la fotógrafa Martynka Wawrzyniak, que es una tia muy guay, que se dedica a sacar niños con cara de estar enloquecidos vitalmente, y reunirlos en serie. Ademas también los saca con sus padres, en sus habitaciones, y comiendo ketchup, es bastante divertido.
En fin, esta es la historia de cómo la niña apareció en mi vida, y de lo mucho que la quiero desde entonces, porque claro, yo también soy un poco esquizo..
P.